¡ VIVA LA PATRIA, LA FEDERACIÓN Y SUS DEFENSORES !
¡ VIVA LA PATRIA, LA FEDERACIÓN Y SUS DEFENSORES !
(Encarnación Ezcurra en carta a Villegas -jefe de la división Restaurador- )
<<REVOLUCIÓN SIN SANGRE>>
El otro 17 de octubre__
El 11 de octubre de 1833 se celebró la Revolución de los Restauradores impulsado por el federalismo apostólico, naciente en aquellas jornadas de octubre en donde según la misma impulsora (doña Encarnación Ezcurra ) el "pueblo se haría oír". Negros, algunos indios de la ciudad, orilleros, y parte de la soldadesca, puñperis, gauchos montarazes y demás parte del vulgo, no se expresaban a favor de un hombre o Partido, sino a favor de un proyecto que parecía incluirlos en la construcción de la Patria y su identidad. Como 112 años después el pueblo en masa salía a las calles a vivar por su líder, allí en la secuencia se situaciones que derivaron en la renuncia de Balcarce, se colocó a Rosas como el hombre que estaría al frente de un proyecto nacional, bien nacional y con el pueblo en su expresión popular adaptado a tal empresa.
Parte casi única de esa "colocación" o de saber construir la oposición y los antagonismos entre los proyectos, estuvo a cargo de doña Encarnación. No es que los antagonismos no existieran, o que tuvo que crear una oposición como excusa con el fin de implementar la idea de un gobierno fuerte; todo lo contrario, había dos modelos dentro del país (Desde 1831 como Confederación Argentina). Uno era el unitario y otro era el federal. Dentro del mismo espacio punzó la grieta o facciones en pugna se dirimían entre "apostólicos" (rosistas) y "lomos negros" (federales doctrinarios de simpatía liberal). Lo que la esposa del caudillo bonaerense hizo fue con mucha astucia, paciencia e inteligencia, sacar a la luz la idea de una lucha entre dos modelos. Su marido en plena Campaña al Desierto y fuera de la discusión política por obvios motivos, solo podía limitarse al intercambio epistolar y seguir la situación desde la distancia. Encarnación no se mandó por si sola desconociendo la autoridad de Rosas, ya que ella era parte fundamental del proyecto de un país libre, justo y soberano. Consultaba a la distancia con su esposo, pero la autoría de cómo se pergeño el escenario para que el rosismo se mostrase triunfante con su pueblo a espaldas y en andas, fue obra de ella. En cartas, notas y pensamientos de esos tiempos, Encarnación supo no tomarse tales acciones como triunfos personales; siempre decía que el pueblo se hizo oír y hablaba de un éxito del pueblo que más allá de la elección de Viamonte como Gobernador (no era el hombre que ella hubiera elegido) la caída de Balcarce surge del alcance de un pueblo en la calle y militares que adherían a Rosas. En la jornada revolucionaria no sólo el general Pinedo se plegó y fue líder militar del alzamiento, la calle fue la principal protagonista de una jornada donde el pueblo, el vulgo, negros y gauchos, hicieron con sus sones guturales y sus alaridos, una fiesta popular donde se hacían oír sin robos, ni incidentes, ni saqueos. Toda la propaganda de los decentes que marginalizaba al pueblo, también atacaba a su lider; "LA MULATA TORIBIA" parecía un insulto pero en realidad para esta mujer, era un orgullo porque sabía que los <<contras>> le reconocían la influencia entre los pobres y su importancia en la política nacional. La "BORRACHA" también apuntaba no justamente a un hábito de Encarnación, sino a buscar cualquier improperio donde el objetivo era lastimar a la misia ante toda la opinión pública.
No hubo ni púlpito, ni balcón ni escenario; Encarnación siguió los acontecimientos desde su escritorio, dando ordenes, decomisando y organizando la rebelión. Por ello eso del protagonismo del pueblo fue genuino y no demagógico. A esa altura era la "Heroína de la Federación" y una carta posrevolución a Juan Villegas como jefe de la división Restaurador, integrada por escuadrones de Monte, Lobos, Cañuelas y Matanza, reúne casi todas las expresiones de esta dama guerrera de la patria, donde muy suelta, ordena, comunica, amenaza y festeja el triunfo del pueblo contra el cipayaje y su paso a la eternidad como una expresión constitutiva de la mujer y su relación con la política.
<<No he vuelto a escribir a usted desde la noche del once en que daba parte resultado del Jury. Ahora lo he vuelto a hacer para decirle a usted todo va bien. Que estos hombres malvados, que en el medio de su despecho, temen. La pronunciación del pueblo es unísona. Toda la población detesta a su opresor y no piensa sino en irse a incorporar a los restauradores. Don Juan Ramón está furioso conmigo y me ha mandado decir que sólo los respetos de Juan Manuel no lo hacen tomar medidas contra mí; mi contestación ha sido que de miedo la voy a hacer compadre. Aquí no hay sino entusiasmo y decisión. Cuidado que no tenga que enojarme con usted por que flaquée.
Ya he echado para afuera muchos godos, los maletas no hay quién los mueva. Ya usted me entiende... La ciudad es un desierto, nada de cantones porque no tienen fuerzas. Los hombres van a engancharse sólo por ir arreados y así va todo...
¡Viva la patria, la Federación y sus defensores!
¡Vivan para siempre los montaraces! Sólo es la voz de su compañera.
"Encarnación Ezcurra de Rosas" >>
Ricardo Geraci
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